La identificación que llevarán los antidisturbios de los “mossos” a la
espalda es excesivamente larga y enrevesada; siete números y dos letras, una al
principio y otra en el medio; en total, nueve caracteres. Cierto, ahora la llevan y es visible, pero
seguramente valga para poco. La policía cumple una función necesaria, y la
mayoría de los agentes merecen nuestra consideración, pero todos hemos visto
sus espeluznantes cargas de las últimas manifestaciones: una ordalía
desenfrenada de porrazos indiscriminados, muchas veces a menores o a pacíficos
manifestantes. Les guste o no, ha ocurrido y, aunque quieran justificarlo con
retórica política, no pueden, porque todos hemos podido verlo.
Tengo una sugerencia para la policía: ¿por qué no escriben la
identificación en cirílico, o, ya puestos, en braille? Me cuesta imaginarme a mí mismo solicitando al
agente que agredió brutalmente al menor Yago Parra hasta dejarlo inconsciente
que se diera la vuelta para tomarle la matrícula. De paso, incluso, podría
pedirle un boli y un papel para tomar nota, o podría pedirle que se estuviera
quieto sólo un momento, mientras le saco una foto. Al final sólo nos separará
de la brutalidad la presencia de los medios, y eso mientras les permitan
acceder al lugar de los hechos.
Quique Castro.
los policias q rozan el abuso del poder me ponen de los nervios, es muy facil esconderse tras el traje casco y porra y el silencio de los compañeros. el poder siempre corrompe
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