miércoles, 21 de mayo de 2014

Por qué no puedes llevar a tu perro a la playa

Los seres humanos nos hemos apropiado de las playas y hemos decidido que sean sólo para nosotros, y que los perros no pueden disfrutarlas, que para eso somos la especie superior, como podemos comprobar cada vez que ponemos el telediario.

Los perros no, pero los cerdos sí pueden disfrutar de los relajantes baños de mar, y cuando hablo de los cerdos de playa no me refiero a esos fragantes animales de andares suculentos, ni tampoco es que hayamos encontrado una nueva especie marina. Me refiero a los cerdos que se corresponden con la tercera acepción del diccionario, esa que dice que un cerdo es un “hombre sucio” (aquí a lo mejor no conviene tanto reclamarle a la RAE esa igualdad de tratamiento para ambos sexos, que mujeres cerdas también las hay).

Sólo le falta hablar, dicen los dueños de los perros. Pues bien, los cerdos de los que yo hablo ya lo hacen, y el hecho diferencial no lo es tanto, porque a la hora de la verdad lo importante no son las palabras, sino los actos, y no conozco ningún perro que se deje el envase del yogur tirado en la arena, ni las latas de cerveza con sus plásticos con los que luego se enredan la cabeza las tortugas que posan para las revistas de naturaleza que alertan de los cambios climáticos que desmienten los presidentes del gobierno que no saben distinguir entre meteorología y climatología, ni, de paso, su propia letra.

Pero caca si se harían, y si tu pudieras llevar a tu perro a la playa, estos cerdos también podrían llevarse el suyo, y tú recogerías lo que hiciera el tuyo no sólo con el afecto de un amoroso dueño, sino con la satisfacción del deber cumplido, pero los cerdos no recogerían las del suyo, y a las porquerías que dejaran, bolsas de plástico, colillas, compresas, se unirían las de sus mascotas.

Por eso, dueño responsable, no puedes llevar a tu perro a la playa, porque si tú puedes llevarlo, los cerdos también podrían. Y, créeme, un cerdo llevando a un perro es una mala combinación.

Quique Castro.

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