
Está acostumbrada a ser ella la mandamás y no le llega con haber convertido Tele Madrid en un engendro que causa el pasmo y la vergüenza entre sus propios empleados, ni pertenecer al partido que está siguiendo la misma senda de la devastación con TVE, el canal que debiera ser de todos. No, ahora también quiere hacer lo mismo con La Sexta.
“Mi amigo, José Manuel Lara…”, dice la pobre sexagenaria, y esgrime el nombre del empresario como un amenaza velada. Y esto es precisamente de lo que estamos hartos los ciudadanos, de la hipocresía y de la coacción, del abuso de poder y del uso de diferentes varas de medir por parte de la justicia, entre otras cosas.
Tic Tac, señora Aguirre, Tic Tac, su tiempo se acaba. Sé que es mucho pedir, pero ojalá el meteorito que se aproxima por el horizonte lleve a la extinción a los viejos dinosaurios de la corrupción, el expolio y el chanchulleo. Y si no lo hace, por lo menos que se lleve por delante a quienes hasta ahora se han beneficiado de ellos.
Quique Castro.