La llegada de menores no acompañados (MENA) es un reto social que nos confronta con un serio problema de convivencia. Según el Ministerio de Interior hay unos 12.300 menores no acompañados (en cifras de 2019), unas cifras que no parecen encajar con los datos por separado que maneja cada comunidad autónoma, ya que sólo en Cataluña se estaban dando cifras de más de 3.000 al año.
El índice de criminalidad entre este colectivo es de un 18%, eso arroja unas cifras de éxito de un 82% de jóvenes que han logrado encauzar su futuro y salir de unas condiciones dramáticas, pero también nos dice que sobre una población de 6.000 menores en una comunidad como Cataluña, serían 1.080 los que acabarían cometiendo algún tipo de delito. Un auténtico polvorín.
Vaya por delante que el abajo firmante está a favor de la acogida, pero de una acogida en condiciones que no ponga en situación de riesgo ni a los ciudadanos ni a los propios menores. Unas condiciones que muchas veces no se dan. No es lo mismo querer acoger que saber acoger o, como dice el viejo aforismo: el infierno está empedrado de buenas intenciones.
Sería importante diseñar una estrategia efectiva de mediación entre los menores y los ciudadanos, así como implementar una planificación dirigida a los menores con actividades y cursos que los ayuden a integrarse. Pero la realidad es que esta es una situación idílica que no se da por motivos varios: ineptitud de los políticos y técnicos, improvisación de una estrategia económica o, sencillamente, no saber de modo transparente y concreto a qué se destinan los recursos recibidos.
Cuando todo esto falla, los vecinos quedan desprotegidos.
El objetivo de este escrito es uno: dar una herramienta de comunicación eficaz a las plataformas vecinales, recuperar su tranquilidad y evitar cualquier tipo de violencia.
1. No politizar
Lo pongo en primer lugar porque tal vez sea el error más frecuente. Si entráis en temas políticos os dirán: “Tú puedes tener tus ideas, nosotros tenemos las nuestras. Si quieres cambiar la política migratoria o de acogida, preséntate a las elecciones”. No. En una estrategia como esta no estamos tratando de cambiar las políticas migratorias o de acogida. Si eso es lo que deseas, podéis votar en las próximas elecciones, presentaros vosotros mismos, o crear un lobby de influencia. Mi consejo es que no sigáis esa dirección. De lo que se trata es de solucionar un problema concreto, por lo tanto, ateneos a presentar hechos concretos: vandalismo, robo, cualquier cosa que podáis demostrar y que tenga que ver con la cuestión.
Politizar sólo os va a servir para dividir a la opinión pública. Y llegar al gran público es vuestro principal objetivo. Si presentáis unos hechos concretos y acabáis con una soflama política, eso sólo va a servir para que os de la espalda la persona que hasta hace un momento empatizaba con vosotros, pero que tiene una ideología política diferente.
Lo mismo pasa con las banderas. A nadie le importa de dónde seáis o de dónde os sintáis. No es información relevante. Ondear banderas sólo os va a servir para que otro grupo con otras banderas se plante en frente y reviente vuestra protesta. Banderas: gran error. No sois militantes, sois vecinos que quieren vivir en paz.
2. No racializar
Seamos directos. Si el problema es que no os gusta la gente de otras razas, es que el problema sois vosotros. En el momento en que hagáis alusión a otras razas, otras culturas otras costumbres, otras religiones, habréis perdido la batalla. Se os va a dar la espalda socialmente, incluso políticamente (a excepción de algún grupo minoritario). Y va a ser muy fácil desactivaros. Repito: lo vuestro son problemas concretos, vandalismo, robo, etc, y es sobre eso sobre lo que tenéis que poner el acento.
3. Seguir los cauces legales
Presentad vuestras quejas en el ayuntamiento de distrito, en la DGAIA (Direcció General d'Atenció a la Infància i l´'Adolescència), interponed en la policía todas las denuncias que consideréis oportunas, tanto particulares como en grupo. Y, por supuesto, guardad los comprobantes.
Esto en sí no os va a servir para nada. La policía está atada de manos y a ninguna de estas instituciones les importan lo más mínimo “vuestros” problemas, lo único que quieren es acabar su mandato y ser reelegidos. Tenedlo claro: por muchas denuncias que pongáis, ellos no harán absolutamente nada.
El verdadero sentido de que sigáis los cauces administrativos y podáis probarlo, es que luego ellos no puedan excusarse en: “Desconocíamos esta cuestión, por lo tanto no podíamos hacer nada”.
4. La unión hace la fuerza
Es un cliché, pero es absolutamente cierto. Convocad a todos los vecinos de la zona en una asamblea, poneos en contacto con vuestra asociación vecinal, redactad escritos y reunir firmas. Haced que todos intervengan en mayor o menor medida enviando cartas a los periódicos o bombardeando las redes sociales con fotos, vídeos o quejas, pero siempre prestando atención a los puntos de este decálogo.
5. Objetivo: Llegar a los medios
Tened esto en cuenta: Da igual lo que os digan, no existís para los políticos. No les importáis, y no van a mover un dedo por vosotros hasta que ellos se vean afectados. ¿Y cuándo se ven afectados los políticos? Cuando se les pone en la picota pública.
Concitar la atención mediática es vuestro objetivo. La prensa está muy bien, pero si lográis que os haga caso la televisión, el trabajo está casi hecho. Yo logré salir en el programa de TVE1 presentado en 2018 por María Casado (00:54). Aún no había salido de los estudios de Sant Cugat cuando recibí una llamada de la Guardia Urbana (me llamaron ellos a mí) diciéndome que estaban a nuestra disposición para cualquier problema. No tuvo que pasar mucho tiempo hasta que reubicaron a los menores y se acabó el problema. Al menos para nosotros.
6. Movilizaciones ciudadanas
Si el vuestro es un problema real, si realmente existe un problema de convivencia por robos o ataques vandálicos, seguramente no tendréis más que contactar con los medios para que el foco de la atención pública se dirija a vosotros. Pero si siguen sin haceros caso, podéis convocar protestas grupales y pacíficas. También debéis saber que, ningún derecho ampara el corte de carreteras pero ¡qué efectivo sería, ¿verdad? En diez minutos tendríais una cámara delante dispuesta a escucharos. Si vosotros no podéis vivir en paz, agitad el avispero y cuando tengáis una cámara delante aseguraos de que en vuestro mensaje seguís los puntos de este decálogo.
7. Apuntad a los verdaderos culpables
Si apuntáis a los menores se va a politizar la cuestión, una gran parte de la población os va a dar la espalda y será muy fácil desactivaros diciendo que no sois más que un grupo de racistas.
Apuntad a las instituciones, aunque estén gobernadas por vuestro querido partido. Apuntad al Ayuntamiento como Institución, apuntad al regidor del distrito, apuntad a la DGAIA, y no os cortéis en dar nombres y apellidos. Tenéis los comprobantes de vuestras denuncias particulares y grupales, y ellos no han hecho nada. Señaladles como ineptos. Apuntad también a las fundaciones encargadas de controlar los pisos, pero sólo a sus directivos, nunca jamás a los monitores. La mayor parte chicos y chicas son muy jóvenes, mal pagados y desbordados de trabajo.
8. Investigad
Investigad y recabar toda la información que podáis. Nombre de la fundación, nombres de regidores de distrito, nombre de directivos de instituciones como la DGAIA. Investigad cuánto dinero recibe la fundación por cada menor y si los menores tienen todo lo que necesitan. Habéis oído bien. Esa fue la estrategia que yo utilicé. No sólo puse el acento en “nuestros” problemas, sino en “sus” problemas. ¿Tienen suficientes mantas, tienen calzado adecuado, están hacinados, hay tutores suficientes para controlarlos, disponen de recursos y actividades educativas suficientes?
Si las respuesta es negativa y contáis con documentos y testimonios (yo los conseguí), es casi un jaque mate a vuestro favor. Ahí se van a poner a temblar del primero al último, y en menos de lo que se tarda en decirlo os quitarán el problema de encima para que no se siga indagando. Si la fundación recibe x dinero, y los menores no disponen de recursos, ¿quién se está quedando el dinero?, ¿quién decide a qué fundación va destinado, cuáles son los criterios?, ¿quién se está beneficiando? Estas ya son cuestiones que necesitan una investigación más exhaustiva y profesional, pero no está de más que las pongáis encima de la mesa.
9. Elegid un portavoz
Cuantos más vecinos intervengan en el proceso, mejor, pero a la hora de hablar con los medios sería importante que elijáis a alguien capacitado para seguir estos puntos, que no desbarre de repente con alguna soflama fuera de lugar y que tenga capacidad para coordinar al grupo y exponer los hechos.
10. Ganaos a la señora de Cuenca
Para cambiar las cosas hay que llegar a los políticos. Para llegar a los políticos hay que llegar a los medios. Para llegar a los medios hay que llegar a la señora de Cuenca.
Los medios no necesitan vuestras opiniones políticas, para eso ya tienen a “opinólogos” y analistas profesionales. Los medios lo que quieren son acontecimientos noticiosos que se salen de lo común, nos afectan a todos en mayor o menor medida y que puedan atraer la atención de la mayor parte de la población. La “señora de Cuenca” es una expresión que se usa en comunicación para definir a nuestro público. Un mensaje complicado os restará audiencia, un mensaje politizado os restará apoyo. Un mensaje sencillo, neutro y relevante será una gran llamada de atención, y si añadís fotos y vídeos, mucho mejor.
Quique Castro