Mi
enhorabuena a todos aquellos que creen que estamos saliendo de la crisis,
primero, porque siempre es mejor vivir con ilusión que sin ella, y segundo por
su capacidad de resignación. A falta de una realidad positiva, ilusión y
resignación ayudan a seguir adelante. La capacidad
del ser humano para adaptarse a todas las circunstancias es admirable. A una
persona se le puede robar todo lo que tiene, hacerle vivir entre penurias y estrecheces, que
si luego su mismo ladrón le da unas migajas para que vaya tirando, (no mucho,
lo suficiente como para seguir malviviendo y que el ladrón le pueda seguir
robando) está demostrado que esta persona no sólo le estará agradecida, sino
que además le besará la mano.
Esta crisis
no es casual, se planeó allá por los años 90 con la derogación de la ley
Glass-Steagall y la desregulación bancaria en los Estados Unidos, algunos de
cuyos efectos más inmediatos fueron la creación de las consabidas hipotecas
sub-prime y la emisión de aquellos bonos basura que, en España, se colocaron a
diestro y siniestro y que hundieron nuestro sistema bancario. Si a este cóctel,
más explosivo que el Molotov, le añadimos la burbuja inmobiliaria propiciada
por la nunca suficientemente mal ponderada ley del suelo de Rodrigo Rato en
1998, nos da como resultado la crisis más brutal de la historia moderna de
nuestro país. Todo esto para explicar a los despistados de dónde viene la
crisis. A todos aquellos que todavía mascan los mantras simplones de la derecha
más reaccionaria y con menos escrúpulos, que dice y repite cosas como que la
crisis la creo Zapatero, o que la sanidad la hundieron los emigrantes que
venían a operarse. Zapatero, simplemente, no supo ni quiso ver la inercia de un
sistema capitalista que nos llevó al punto en el que ahora nos encontramos.
¿Y para qué
querían crear semejante crisis?
El sistema,
este sistema nuestro al que tanto deseamos volver, no se mantiene sin los
bancos, y, si los bancos pierden, debemos encargarnos de que no se hundan. Para
que no se hundieran los bancos el Estado ya ha dado por perdidos 36.000
millones de euros procedentes de las arcas públicas. ¿Y para qué era ese dinero? Pues
no era para los bancos eso desde luego, era para educación, sanidad,
dependencia, pensiones y servicios sociales varios. Si ahora quieres algo de
eso que en la constitución Española se consideran derechos fundamentales,
tendrás que pagártelos. ¿Beneficiarios?: Aseguradoras, bancos, energéticas, asociaciones
médicas y todos esos consorcios en los que acaban los políticos que te dicen
que estás saliendo de la crisis porque tienes un trabajo de 60 horas semanales
por 400 € al mes mientras ellos se han forrado gracias a las puertas giratorias.
El gasto en
Sanidad pública se redujo un 13,7% en 2012 y un 16,2% en 2013, a eso añade los
importes adicionales que, en algunas regiones, llegan a ser de hasta un 10% más.
Y es que por ahora es posible que si toses te atienda un médico, pero como
tengas la inmensa desgracia de padecer algún tipo de hepatitis o cáncer, vas a
tener que costearte parte de los gastos que conlleva el tratamiento. Y, créeme,
entonces te acordarás de los 36.000 que España regaló a los bancos.
Y en estas
que llega un tipo como Pablo Iglesias, doctor europeo en ciencias políticas y
licenciado en derecho, nos dice que hay otras opciones y... ¿qué hacemos? Pues
como en España todos somos unas lumbreras, le llamamos “el coletas” y decimos
que es un demagogo. Sí, tan demagogo como el que dijo que la abolición de la
esclavitud no sólo no sería perjudicial para la economía de un país, sino que
sería beneficioso.
Nada como el miedo para contener a las masas, para doblegarlas y someterlas, por tanto la estrategia está clara: hay que satanizar a Pablo Iglesias. Y ahora resulta que escuchas a cualquiera diciendo que Pablo Iglesias no, que Pablo Iglesias es un… Bolivariano. Bolivariano. ¡Chán Chán! La gran palabra mágica que, cuando se pronuncia, debería venir acompañada de relinchos de caballos, relámpagos y truenos. Pablo Iglesias es un… ¡Bolivariano! (risa malvada de fondo). Bueno, ocurre que Simón Bolivar fue un militar que contribuyó a la independencia de un buen número de países sudamericanos y… pero dejémoslo ahí, que igual que yo, podéis buscarlo vosotros en la Wikipedia.
- Sí, ya,
pero, nosotros nos referimos a la República Bolivariana de Venezuela.
Pues vaya,
no debe preocuparle tanto a nuestro gobierno del Partido Popular cuando resulta
que es uno de los principales destinos de las exportaciones de armas
españolas. Ya, ya os entiendo. Para venderles armas no son tan malos, va a ser
eso.
-Pero es un
demagogo ¿cómo vamos a dejar de pagar la deuda?
No se va a
dejar de pagar ninguna deuda. Hay una deuda legítima y una deuda ilegítima. La
deuda ilegítima es la contraída a espaldas de los ciudadanos con la finalidad
de enriquecer a determinadas empresas y corporaciones y sobre la que se pagan intereses
de usura. Hoy en día, gracias a la
pavorosa gestión de Mariano Rajoy y su séquito de rémoras, la deuda en España
es de un 96% del PIB. Es decir, que es igual toda la riqueza generada durante
un año. Otro dato interesante: con lo que paga España cada año, apenas da para
pagar los intereses.
Lo que promueve “Podemos”, es una auditoría de
la deuda, es decir, determinar qué parte de ella es legítima y qué parte no lo
es, en qué condiciones ha sido contratada, quién la emite, a qué tasas de
interés y qué políticas se han aplicado. Esto no es demagogia, como nos quieren
vender los aterrorizados políticos de la denominada “casta” y como repiten algunos
ciudadanos escasamente informados, y, desde luego, en derecho internacional
existen conceptos para declarar ilegítima una deuda y anularla.
Uno de estos
conceptos sería la “autonomía de necesidad”, que se da cuando un gobierno
prioriza garantizar unos derechos fundamentales a sus ciudadanos antes que
pagar la deuda. Este concepto no deja de ser importante, habida cuenta que PP y
PSOE se pusieron de acuerdo para modificar la Constitución española en ¡nada
más ni nada menos que 48 horas! ¿PP y PSOE de acuerdo en 48 horas? ¡Claro que sí! ¿Para ayudar
a los ciudadanos? No, más bien para todo lo contrario. Lo que firmaron fue que
el pago de la deuda recibiera prioridad absoluta, aun por encima de las necesidades
fundamentales de los españoles. Hay más motivos, como la autonomía de voluntad,
o el enriquecimiento sin causa (por ejemplo, que Alemania venda bonos al 0%
gracias a la crisis, y que conceda créditos al 5,5% a países como Grecia o España).
Pero enhorabuena, porque estamos saliendo de la
crisis, y, con un poco de suerte, tus hijos tendrán un trabajo de 80 horas
semanales con el cual pagarse la pensión de jubilación, eso si los bancos no
nos meten antes en otro embrollo. Pero eso no os da miedo. Os da miedo Pablo Iglesias.
Quique Castro.
como siempre mi admiración Quique .....¿que hubiera pasado si decidieran repartir entre los 40 y pico de millones de españoles los 36.000 millones de euros insuflados a la banca?
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