domingo, 13 de noviembre de 2016

Disfunción fatal

Publicado en El Periódico el 11 de noviembre de 2016
http://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/cronica-una-disfuncion-electoral-fatal-99799

Tengo un amigo al que le sucedió. La cosa falló en el momento decisivo y lo pasó fatal. Juró que era la primera vez, que nunca le había ocurrido algo parecido. Sería el miedo, sería la presión, o tal vez que le gustaba mucho, pero el caso es que no pudo meterla. Por primera vez en muchos años se le presentaba una buena opción y no supo qué hacer. Vaya papeleta.
Imagino su desconcierto. La mira con deseo, la acaricia con la punta de los dedos y por un momento parece que lo va a conseguir, pero es inútil. Estaba acostumbrado a conformarse con un par que no le gustaban, el par de siempre. Le trataban mal, con desprecio, incluso le daba la impresión de que se reían de él, pero siempre acababa por volver. Le sacaron su dinero, su ilusión y, lo que es peor, su esperanza por encontrar algo mejor, pero él hacía como que no se daba cuenta.
Un día se le presentó otra alternativa, una opción de cambio. Claro que tenía defectos, pero al menos parecía tomárselo más en serio y le proponía una manera fresca y diferente de ver la vida. Entonces, escuchó las voces que le decían que era más de lo mismo, otro engaño. Más vale lo malo conocido...
Supongo que lo que le pasó a mi amigo es que al final le entró miedo. Suena ridículo que se asustase, porque era difícil estar peor, pero el caso es que al final no pudo hacerlo. En un último y esperanzado momento creyó que todo podía ser diferente y alargó su mano, la tocó, pero se acobardó y, al final, se decantó por una de aquellas dos papeletas, las dos de toda la vida. Esperó la cola con los hombros hundidos y la barbilla inclinada, enseñó su DNI, la metió en la urna y se volvió a su casa.
Quique Castro.

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