martes, 27 de enero de 2015

Esperanza Aguirre contra Atresmedia y Podemos.

A Esperanza Aguirre, la lideresa que llegó a serlo estafando a la democracia mediante el soborno, el ojo del huracán de la corrupción que asoló Madrid, la gran manipuladora que convirtió su cadena pública en un modelo de censura y control de la información más propio de las perores dictaduras comunistas, esas que tanto le disgustan, parece que le chirrían los dientes cada vez que ve a Pablo Iglesias en La Sexta, y así se lo hizo saber a Susanna Griso en Espejo Público.

Está acostumbrada a ser ella la mandamás y no le llega con haber convertido Tele Madrid en un engendro que causa el pasmo y la vergüenza entre sus propios empleados, ni pertenecer al partido que está siguiendo la misma senda de la devastación con TVE, el canal que debiera ser de todos. No, ahora también quiere hacer lo mismo con La Sexta.

“Mi amigo, José Manuel Lara…”, dice la pobre sexagenaria, y esgrime el nombre del empresario como un amenaza velada. Y esto es precisamente de lo que estamos hartos los ciudadanos, de la hipocresía y de la coacción, del abuso de poder y del uso de diferentes varas de medir por parte de la justicia, entre otras cosas.

Tic Tac, señora Aguirre, Tic Tac, su tiempo se acaba. Sé que es mucho pedir, pero ojalá el meteorito que se aproxima por el horizonte lleve a la extinción a los viejos dinosaurios de la corrupción, el expolio y el chanchulleo. Y si no lo hace, por lo menos que se lleve por delante a quienes hasta ahora se han beneficiado de ellos.

Quique Castro.

viernes, 16 de enero de 2015

Consejo de coordinación de Podemos: la cuadratura del círculo.

Canalizador del desencanto, caballo de Troya del nacionalismo español, atajo de populistas, chavistas y leninistas radicales, nazis, por supuesto y, como no, amigos de los etarras, la esperanza de unos y el terror de otros. 

Podemos, en realidad, sólo es un simple partido político, y como tal no es más que la representación de una ideología concreta y una manera de entender la sociedad. Ahora tal vez lo que convendría sería analizar cuál es esa ideología concreta. 

El alumbramiento de Podemos, el partido político, tuvo lugar un 17 de enero de 2014 con vistas a las elecciones europeas del 25 de mayo de ese mismo año. Esta fue la fecha del terremoto electoral que en España sacudió a los dos partidos políticos mayoritarios, que hasta el momento se pasaban la pelota del gobierno en un abúlico tuya mía. 

Su lecho germinal fueron las mareas de todos los colores, la blanca de la sanidad, la verde de la educación, la naranja de los servicios sociales, la negra, la roja, la amarilla y muchas más, las plataformas de afectados por la hipoteca, las de antidesahucios, los antitaurinos, grupos feministas y ecologistas en general. El 15 de mayo de 2011, todos estos grupos y muchos más llenaron las plazas de 58 ciudades españolas convocados por la plataforma Democracia Real Ya bajo la denominación de Movimiento 15 M e Indignados. Tras un mes de acampada, protestas y cargas policiales (en la Plaza de Cataluña el Ayuntamiento mandó cargar a 350 mossos d’esquadra), los grupos se disolvieron ante el desprecio de los poderes políticos, que con cierta socarronería les aconsejaron que, si querían cambiar las cosas, se presentaran a las elecciones… Y eso fue lo que hicieron.

Una vez concluida la estructura organizativa del partido, quedaba por definir el órgano ejecutivo encargado de liderar el cambio, un órgano cuyos componentes fueron elegidos por el propio Pablo Iglesias durante la primera reunión del consejo ciudadano.


Quique Castro.