domingo, 29 de abril de 2012

¿El tamaño importa?, por Marc Casado


Vamos  a dejar clara una cosa, un fotógrafo  profesional  no es un actor porno, no vamos a impresionar a nadie acoplando en la cámara una óptica más o menos larga. Esa función es para los fantasmas no profesionales. Esos que para fotografiar a su hija de 5 años lo hacen a 30 metros de distancia para probar el 500 mm catadióptrico f/8 que se compraron la semana pasada en “yo no soy tonto”. -Tonto no, imbécil sí. Con un 85 te basta. Básicamente porque aunque te acerques a tu hija no te va a morder ni asesinar con un cuchillo.
Las ópticas se utilizan en función del trabajo que vamos a realizar, es lógico que un reportero gráfico de deportes lleve una óptica de largo alcance, ya que si va por ejemplo al Camp Nou a fotografiar un partido del Barça no puede acercarse a Messi con un 20 mm cuando va a marcar gol. Le daría una patada en toda la cabeza que le metería la cámara hasta el estómago.
Uno de los fotógrafos más versátiles y que más tipos de ópticas diferentes utiliza es el fotoperiodista, son personas muy involucradas en el tema que desarrollan siempre en primera línea y muy observadores (podéis leer también el artículo “UN CAMALEÓN CON CÁMARA”), algo que implica proximidad, por eso utilizan mucho distancias focales cortas ente el 20 y el 85 mm. La óptica preferida de Cartier Bresson era el 35 mm por ejemplo. La mía es el 20 mm. Se utiliza también mucho el 28 mm, etc, etc… Son ópticas que permiten explicar muy bien lo que está ocurriendo, por su profundidad de campo y por su amplio campo de visión. De todas formas las distancias focales largas son también imprescindibles para un fotoperiodista. Se utilizan bien para fotografiar detalles descriptivos o cuando es imposible acercarse a la escena. Un corresponsal de guerra necesita más que nadie este tipo de ópticas en la mayoría de casos por un tema de seguridad. Puedes acercarte a la mayoría de situaciones que ves, pero no te acerques a un tiroteo. Los héroes viven en los cómics. ( considero que  este es uno de los trabajos más admirables de la fotografía). Aquí un ejemplo: “Robert Kapa”.
Los fotógrafos de naturaleza también utilizan diferentes tipos de ópticas, los macro son muy comunes entre ellos y también las distancias focales largas.
Lo cierto es que la fotografía es muy amplia, no os dejéis llevar por el consumismo puro y duro, comprad el equipo que realmente se adapte a  vosotros/as y paso a paso ya lo iréis ampliando.
Un saludo. 

Marc Casado.
Blog de Marc Casado:  http://marccasado.blogspot.com.es/

sábado, 21 de abril de 2012

La mirada y el gusto



Recuerdo un libro que había en mi casa cuando era pequeño, se titulaba “El ojo del pintor”, me parecía complicado y prefería hojear los comics de Flash Gordon o del Teniente Blueberry que guardaba mi padre. Un día le pregunté si acaso los ojos de los pintores eran diferentes, y me dijo que sí, que los pintores miraban las cosas de otra manera.

Yo me imaginé entonces que debían ver el mundo como a través de un caleidoscopio, en una mezcla extraña de colores y formas; aunque sabía que no se refería a nada parecido, esa era la idea que me venía a la cabeza. Lo cierto es que los pintores miran diferente, los escritores leen diferente y los músicos escuchan de otra manera. No hace falta ser creador, aquel que aprecia un Arte, sea cual fuere, acaba entrenando su sensibilidad, aún sin darse cuenta. Al entrenar un músculo, este se fortalece, y lo mismo pasa con nuestra capacidad para apreciar.

Otro recuerdo de cuando era pequeño, uno de mis favoritos, es cuando mis padres me llevaron a ver “En busca del arca perdida”. Era domingo, salíamos de casa de mis abuelos y el plan no estaba previsto, con lo que la sorpresa fue mayor. Recuerdo la experiencia como algo abrumador, una sensación de desconexión exagerada, de pertenencia a otro mundo. Más o menos con la misma edad, seis años, mi madre me llevó un sábado por la tarde a ver “Una noche en la ópera”, de los Hemanos Marx. “Te aburrirías”, me han dicho en más de una ocasión, “una peli en blanco y negro, tan antigua”. No fue así; de hecho mis carcajadas de loco se escuchaban en todo el cine.

Tal vez sean circunstancias como estas, tan casuales, las que pueden marcar de por vida a una persona, porque desde entonces he perseguido ese chute de alienación en mil películas, la mayor parte de las veces sin conseguirlo.

Me gusta el cine como experiencia física, y, si cierro los ojos, aún puedo recordar el olor del teatro Colón en La Coruña; una mezcla de ambientador extraño, polvo en suspensión y la rancia tela de las butacas de madera. Pero claro, la mayor parte del cine lo he visto en la tele. Mi padre, de nuevo, tuvo la oportuna ocurrencia de sentarme a su lado a ver películas que tal vez hubieran parecido poco apropiadas para un niño (por su antigüedad o temática, simplemente), y así conocí a los grandes como John Ford o Peckinpah, y vi pelís como “El hombre tranquilo” o ”Perros de paja” (no hablo por hablar, recuerdo el momento).

El caso es que el gusto se va fraguando y diversificando,  y así llegaron Allen, Bergman, Truffaut, Scorsese… Uno prueba, elige o desprecia, y por el camino va aprendiendo. Y al final, sin ser engreído, pero tampoco hipócrita, se considera capacitado para dar su opinión, e incluso dictaminar si una película es buena o mala.

El problema es que esto a la gente no le gusta, nadie quiere que le digan que la peli que le ha gustado es una bazofia, y se acogen al respetable argumento de que no hay pelis buenas ni malas, sino pelis que te gustan o que no.

¿Es así de verdad? Si a mí un musicólogo experto me dijera que “Tristan e Isolda” es una obra maestra, yo no me atrevería a enmendarle la plana, aunque me durmiera de aburrimiento en el Liceo mientras escuchaba esta ópera. Y si me dijera que tal obra de Mozart es inferior a tal otra del mismo compositor, yo podría decir cual me ha gustado más, pero no me atrevería a desmentirle.

En el cine sí, en el cine nadie soporta que le digan que tal peli es infumable, ¡no señor, será que a ti no te ha gustado! Y no digo que no tengan razón. En todo caso, puestos a dar una opinión, debemos justificarla con argumentos.

“Hay un montón de primeros planos”, “la cámara se mueve para crear sensación de acción, y eso me marea”.

“Pues a mí me emociona”.

“El guión no es creíble”.

“¿Cómo que no?, Lo mejor es cuando ella dispara con efecto y con la misma bala mata al malo, desactiva la bomba y apaga el despertador”.

Cierto que algunas veces películas malísimas artísticamente (perdón), resultan ser unos productos comerciales de primera calidad. Otra cosa es que a veces el experto mira la obra del arte con el cerebro, y no tanto con el corazón, se pierde en disquisiciones teóricas y se olvida de mirar, no con “el ojo del pintor”, sino con el del niño que fue. Y, como dijo Charlie Sheen hablando de sus dos novias, en el medio está la virtud. Bueno, tal vez no fue él, pero viene al caso.

Quique Castro.

miércoles, 18 de abril de 2012

Justicia ciega sí, pero no tonta



A la ciudadanía se le está mandando un mensaje muy claro, y es que existe una justicia implacable para el ciudadano de a pie y otra para los poderosos, mucho más tolerante y permisiva. Ni somos iguales ante la ley ni a nadie le importa. A los jueces instructores del caso Babel no les tocó una perita en dulce. ¿Cómo llegar al meollo de todo un entramado de corrupción pero respetando el papel de la infanta? 

Podría parecer difícil, pero no lo es. No lo es porque en este país nos toman el pelo y ni siquiera tienen la delicadeza de disimular, ¿para qué, si nos da igual? La ley es una farsa, lo vemos una y otra vez. No importan las pruebas, el juez tiene libertad para aceptarlas o rechazarlas según sople el viento, y en idénticos casos puede argumentar a favor o en contra según le convenga al poderoso y a él mismo, tal y como ha pasado con la mujer de Diego Torres y con la infanta doña Cristina.


Olvidémonos por un momento de que el maridísimo, Iñaki Urdangarín, sea el principal imputado y centrémonos en ella. ¿De qué modo podría estar relacionada con los delitos investigados?, ¿por qué imputarla?, ¿hay algún indicio que nos haga pensar que pueda estar implicada?


Para empezar, sabemos de modo fehaciente que la infanta Cristina se benefició de los fondos que, de modo fraudulento, llegaron a Aizoon. Para aquellos que todavía no lo sepan, Aizoon era propiedad de la infanta al 50%, mientras que el otro 50% era propiedad de su marido, Iñaki Urdangarín. Recordemos también que el 95% de la facturación de Aizoon provino de Noos, empresa propiedad de Iñaki Urdangarín. Es decir que Noos, en teoría una sociedad sin ánimo de lucro, desvió fondos públicos a una maraña de empresas entre las cuales se encontraba Aizoon. Y en algunas de estas empresas estaba implicada la Infanta, como propietaria, como socia y como esposa.


El hecho de sacar dinero de una caja y no declararlo podría ser considerado simplemente un mero delito administrativo si se tratara de cualquier otra empresa, pero resulta que estamos hablando de sociedades implicadas en una investigación por desvío de fondos públicos. La infanta Cristina era la propietaria, es su empresa la que está siendo investigada y ella misma se apropió de este dinero, que se gastó en pagar a la canguro, comprar vino, arreglar el palacete… Para que quede meridianamente claro: la infanta uso dinero público sacado de una empresa de su propiedad que está siendo investigada.  Así que no, no es sólo un delito administrativo.


Por si no fuera suficiente, que lo es, sabemos que su marido, Iñaki Urdangarín, era el otro socio propietario de Noos al 50%. Entonces, ¿si se imputa a Iñaki Urdangarín, porque no imputar a la infanta Cristina? Claro, resulta que la declaración de Iñaki Urdangarín desvincula a la infanta de todas las irregularidades detectadas, y ocurre también que no se ha encontrado un solo documento que la vincule a la empresa. ¡Ni uno sólo! ¿No es extraño?  Es su empresa, ella era la propietaria desde el 2003, y sin embargo no hay nada. Por lo demás, hasta el propio juez Castro afirma que la declaración de Iñaki Urdangarín ha estado llena de imprecisiones y vaguedades, y reconoce no haberle creído, a excepción, por supuesto, de lo que atañe a la infanta.


Y aunque no le creyera, el propio juez Castro nos recuerda que, “aunque se probara que la infanta sí sabía de estas actividades supuestamente delictivas de Urdangarín, la responsabilidad por ellas no se amplía al cónyuge que las conoce, siempre que no se demuestre que haya participado activamente en los actos supuestamente objeto de delito”.


Vaya, ¡qué contradicción!, porque la jurisprudencia del Tribunal Supremo en cuanto a blanqueo de capitales (sentencia del 22 de julio de 2011) habla de “llegar hasta el extremo de penar como cómplices a los cónyuges de quienes han acumulado grandes sumas de dinero sin justificación en breve periodo de tiempo, colaborando con ellos en la constitución y posterior puesta en funcionamiento de las empresas, de las que también eran titulares, sin un especial protagonismo en la comisión del delito”.


Es decir que, con los mismos motivos demostrados, un juez puede imputar a una persona y a otra no conforme a la interpretación que haga de la ley. Confiamos, por supuesto, en que esta interpretación no se vea alterada por presiones ajenas al cumplimiento de su labor como garantes de la justicia, ¿a que sí?


Podríamos pensar que todos estos son motivos más que sobrados para imputar a la infanta, pero es que hay más. En el 2006, el secretario de la Casa del Rey, Alberto Aza, conminó por escrito a Iñaki Urdangarín para dimitir de sus cargos al frente de sus empresas, e incluso se envió a un delegado para examinar sus actividades empresariales y poder desvincularle de la trama, lo cual quiere decir que la Casa Real estaba al tanto de lo que ocurría. ¿Podemos pensar seriamente que, si el Rey estaba informado, no lo iba a estar su hija?, ¿y qué quiere decir eso de que la casa Real estaba informada? Yo todavía no lo entiendo.


Todos los hechos expuestos son de sobra conocidos públicamente y reconocidos tanto por el juez como por los fiscales. El problema no está en demostrar que Aizoon era una empresa fantasma que servía para blanquear dinero, esto lo tienen muy claro tanto en la Oficina de Investigación del Fraude de Hacienda como la Policía Judicial, el problema tampoco es demostrar que la infanta se aprovechó de este dinero para su beneficio personal. El problema radica en demostrar que la infanta Cristina era conocedora de los hechos y que, o bien colaboró en la trama, o bien ayudó a encubrir a los culpables.


Los indicios al respecto son tantos y tan abrumadores, que haría falta una dosis mayúscula de creatividad para justificar que la infanta no se sentara en el banquillo. Pero para el juez instructor y el fiscal de la acusación nada de esto es vinculante, al menos en los que se refiere a la infanta, con respecto a la mujer de Diego Torres es otro cantar. Al parecer, para sentar a la infanta en el banquillo haría falta una nota manuscrita reconociendo su culpabilidad.


Para rematarla, los súbditos españoles (porque aquí somos súbditos), elegimos unos representantes cuyo único empeño es figurar y llenarse los bolsillos. Y si, “mirusté" por donde, se les pilla hasta las rodillas en la masa, pues qué quiere que le diga, que aquí es lo que se lleva, la picaresca, y seguro que si tú pudieras también te pringabas y tonto el último… Y por si cabe alguna duda le vuelvo a votar, que me cae bien.

La consecuencia es que el Rey llega al Parlamento y le rinden ovación cerrada, oye, no vaya a ser que se nos agrie la atmósfera y por cuatro perroflautas pierda yo mi escaño, mis dietas y mi coche oficial, que lo tengo más grande que el tuyo y no veas lo que vacilo en la urbanización.

¿Qué la monarquía es inútil?, no me atrevería a decir yo tanto. Al “Hola” y al “Semana” buen servicio que les hace.


Quique Castro.

martes, 17 de abril de 2012

La crisis y el Gobierno, principales aliados de las enfermedades mentales, por Monika F. Lara


Cada vez más pacientes acuden a las consultas de sus médicos con los siguientes síntomas: insomnio, falta de apetito, sentimiento de tristeza o con ciertos dolores inexplicables; todos los componentes clave para padecer un cuadro de ansiedad. En muchos casos, el motivo principal lo encontramos en los tiempos de crisis que estamos viviendo, derivados del estrés agudo que se padece en muchas empresas que se aprovechan de este momento, de la inseguridad personal que produce la pérdida del trabajo o de la dificultad para pode pagar la hipoteca, los alimentos, la vestimenta…
Si además añadimos que ahora con la abusiva reforma laboral te pueden echar del trabajo con faltas de asistencia que, aunque sean justificadas “lleguen al 20% de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos o el 25% en cuatro meses discontinuos dentro de un período de doce meses” o sea que con nueve días sería suficiente, el problema todavía se complica más, porque además de comenzar a sufrir una enfermedad mental derivada de la situación de crisis, te pueden despachar del trabajo por despido procedente y todo eso genera todavía más estrés y más posibilidades de derivar en la propia enfermedad.
Pero todavía encontramos una situación que para mí, hija de una persona con una enfermedad mental grave, sobrepasa la lógica humana y social, y es que las consecuencias de la crisis afectarán de forma muy significativa, por no decir que será como un exterminio laboral, a las personas que ya padecen patologías mentales severas. Si ya en épocas de bonanza estas personas se encontraban con dificultades para encontrar un trabajo medio decente y tenían que demostrar que eran personas válidas capaces de trabajar como cualquier otra; en algunos casos con ayuda, sí, pero teniendo que demostrar cada día que se merecen la “mierda” de trabajo que les ofrecen, ahora mucho me temo que quedarán totalmente excluidas del mercado laboral. Además, si contamos los severos recortes que sufrirán los servicios sociales y de salud mental, podemos decir que además de vivir con la enfermedad que padecen, que no es nada fácil, tendrán que convivir con una aniquilación laboral brutal y la correspondiente exclusión social.
Está claro que la reforma laboral atenta contra los derechos de los trabajadores, contra todos, los que han votado al partido que gobierna con mayoría absoluta y los que no. ¿Quién no tiene una persona con alguna patología de carácter mental en su familia o que esté pasando una situación de ansiedad importante en el trabajo? El que diga que no, que no sufra, porque este Gobierno garantiza que pronto la tendrá. ¿En qué demonios estaba pensando esta gente el día que han ido a votar?
Si ya vivimos presionados debido a la crisis y a la posible pérdida del lugar del trabajo, el Gobierno ha puesto en manos de los empresarios el pode absoluto para poder castigar a sus empleados y, lo más grave, a sus empleados enfermos.
Monika F. Lara. Traducción Quique Castro.

La crisi i el Govern, principals aliats de les malalties mentals; por Monika F. Lara


Cada vegada més pacients acudeixen a les consultes dels seus metges amb els següents símptomes: insomni, falta de gana, sentiment de tristor o amb certs dolors inexplicables al seu cos; tots el components clau per patir un quadre d'ansietat i, en molts casos, el motiu principal el trobem en els temps de crisi que estem vivint, derivats de l'estrès agut que es pateix en moltes empreses que s’aprofiten d’aquest moment, de la inseguretat personal que produeix la pèrdua de la feina o de la dificultat per poder pagar la hipoteca, el menjar, la vestimenta...
Si a més afegim que ara amb la abusiva Reforma Laboral et poden fer fora de la feina amb faltes d'assistència al treball que, encara que siguin justificades, "arribin al 20% de les jornades hàbils en dos mesos consecutius o el 25% en quatre mesos discontinus dins un període de dotze mesos” o sigui que amb nou dies seria suficient, encara el problema es complica més, perquè a més de començar a patir una malaltia mental derivada de la situació de crisi, et poden despatxar de la feina per acomiadament procedent i tot això genera encara més estrès i més possibilitats de derivar en la pròpia malaltia.
Però encara hi trobem una situació que per mi, filla d’una PERSONA amb una malaltia mental greu, sobrepassa la lògica humana i social; i es que les conseqüències de la crisi econòmica afectaran de forma molt significativa, per no dir que serà com un extermini laboral, a les persones que ja pateixen patologies mentals severes. Si ja en èpoques de bonança aquestes persones es trobaven en dificultats per trobar una feina mig decent i havien de demostrar que eren persones vàlides capaces de treballar com qualsevol altre; en alguns casos amb ajut, sí, però havent de demostrar cada dia que es mereixen la “merda” de feina que els hi ofereixen, ara molt em temo que quedaran totalment excloses del mercat laboral. A més, si comptem les severes retallades que patiran els serveis socials i de salut mental, podem dir que a més de viure amb la malaltia que pateixen, que no és gens fàcil, hauran de conviure amb una aniquilació laboral brutal i la seva corresponent exclusió social.
Està clar que la Reforma laboral atempta contra els drets dels treballadors, contra tots, els que han votat al partit que governa amb majoria absoluta i els qui no. Qui no té una persona amb alguna patologia de caràcter mental a la seva família o que està passant una situació d’ansietat important a la seva feina? (El que digui que no, que no pateixi, perquè aquest Govern garanteix que aviat li tindrà) En què dimonis estaven pensant aquesta gent el dia que van anar a votar?
Si ja vivíem pressionats degut a la crisi i a la possible pèrdua del lloc de treball, el Govern ha posat en mà dels empresaris el poder absolut per poder castigar als seus empleats i el més greu, als seus empleats

Mónika F. Lara.

domingo, 15 de abril de 2012

El "dopaje" de los colosos, por Miguel Castro



Los ingresos procedentes de los derechos televisivos son uno de los aspectos que más controversias suscita en el fútbol español. Ocho equipos —Athletic, Real Sociedad, Sevilla, Betis, Villareal, Malaga y Zaragoza— están abiertamente en contra de un modelo rígido que acentúa las diferencias, ya de por si siderales, entre los dos grandes y el resto de los “mortales”.
Mientras en las grandes ligas europeas la cantidad a ingresar por este concepto está compuesta por un fijo igual para todos los conjuntos y dos variables que oscilan en función de los resultados deportivos y las audiencias televisivas, en España los dos “grandes” tienen blindados, pase lo que pase, el 41% de los réditos televisivos, dejando el otro 59% para los 18 clubes restantes.
Este desequilibrio financiero se ve reflejado en la clasificación; la diferencia entre el segundo y el tercer clasificado es de 29 puntos, y la diferencia entre el tercero y el antepenúltimo (primero de los equipos que descendería) es de 21. Con estos datos encima de la mesa sobra decir que la emoción y las sorpresas se ven menguadas de manera notable, y por consiguiente la calidad del producto que ofrece la liga BBVA.
Estableciendo una comparación entre la liga BBVA y las grandes ligas europeas, queda más patente la enorme desigualdad que se vive en la competición doméstica española, en que la diferencia entre los equipos más poderosos —Real Madrid y FC Barcelona— que ingresan 140 millones de euros cada uno y el equipo que menos ingresa —Racing de Santander— con 13, es de la friolera de 127 millones.
En una situación mucho más equitativa se encuentran el resto de ligas del concierto europeo. La diferencia entre el más “rico” y el más “pobre” en Francia es de 36 millones, en Inglaterra de 24 y en Alemania de tan solo 15. Extrapolemos estás diferencias al “olimpo” de los grandes clubes europeos: Madrid y Barcelona cobran 72 millones más que el Mánchester United, 90 millones más que el Olimpique de Marsella y 112 millones más que el Bayern de Munich. En consecuencia, podemos decir que los dos colosos españoles disputan la UEFA Champions League con un claro “dopaje” financiero.
Todos estos datos dejan año tras año con la soga al cuello a la clase media y baja de la liga española, sin que su buen hacer deportivo pueda modificar en gran medida el statu quo de sus economías. La descapitalización, vendiendo a sus mejores jugadores, se antoja la única medida viable para cuadrar sus cuentas y subsistir. Mientras tanto, equipos como el Rayo Vallecano y Levante tendrán que seguir haciendo “milagros” en el mercado de fichajes sin que lo conseguido esta temporada tenga ninguna repercusión en el reparto del “pastel” televisivo futuro.
Miguel Castro.