miércoles, 30 de noviembre de 2011

El poder y la censura en las 2.0


Creo que se tiende a sobreestimar la importancia de los últimos avances tecnológicos vinculados a los medios, como la 2.0. No pretendo hablar desde la razón, ni mucho menos, porque sólo es un "proyecto vago de noción de principio de idea" que tengo, y escucharé con atención cualquier postura en sentido opuesto, pero creo que no existe ninguna revolución mediática, que las 2.0 son un timo y que la capacidad que se nos brida para formar parte del entramado comunicativo no sirve absolutamente para nada. De hecho, creo que en cuestiones informativas habría que prestarle mucha más atención a Joseph Pullitzer que a Steve Jobs. Bueno, tal vez sí sirve para algo, para crear un "gallinero común" donde las voces autorizadas se hundan en un mar de mediocridad.

Nunca el poder lo tuvo tan fácil para ahogar las opiniones divergentes. Ah, ¿es que acaso esperábamos que el control de las comunicaciones se hiciera practicando la censura?, ¿la libertad de expresión se limita a poder hablar libremente desde nuestro blog?. No, las cosas ya no son tan obvias. Hoy en día las noticias no se censuran, se "desconectan" sacando cinco mil noticias más por minuto. ¿Que ha habido revoluciones en los países árabes?, ¿Y qué?, siempre ha habido revoluciones, y no nos preocupemos, porque al final los poderosos seguirán en su sitio, controlando el capital, y con él los medios de comunicación. Y el resto, con o sin Internet, seguiremos igual de perdidos. Como decía Burt Lancaster en "El Gatopardo", "hay que cambiar todo para que nada cambie". Y, como decía José luis Sampedro, "no hay libertad de expresión sin libertad de pensamiento".

Tengo una teoría más, y es que Internet no nos hará más libres, eso sólo lo conseguirá la cultura, y me refiero a la cultura en el viejo y duro termino de adquisición de saber. Creo que el secreto está en los libros, como siempre. Es decir, que vamos "dados.

Quique Castro.