lunes, 28 de agosto de 2017

Adiós al Pollo Rico, mítico restaurante del raval de Barcelona

Me han cerrado el Pollo Rico, ¿y ahora a dónde voy a comer? Fue la casera de la pensión en la que me alojaba la que me lo recomendó hace diecisiete años, cuando vivía en Nou de la Rambla y creía que podía escribir algo que le interesase a alguien. Y no es que luego me entrara el sentido común de saber que eso no ocurriría, lo que pasa es que con los años, al contrario de lo que piensan algunos, no te vuelves más listo, sino más cobarde.

En la planta baja estaba la barra, y arriba las mesas. Siempre tuve la intención de sacar una foto a los comensales de la barra, a la que se sentaban, codo con codo, el mendigo que había arañado unos euros, el loco que una hora antes berreaba calle arriba y abajo, la triste puta septuagenaria y el emigrante o el forastero que, como a mí, le gustaba la comida que servían. Arriba, en las mesas, te podías encontrar con un viejo matrimonio que no se perdían un sábado, y que acudían siempre arreglados, aunque a mi juicio algo estrafalarios, la familia de gitanos y la de peruanos que ya se conocían el percal, o la de turistas alemanes que aparecían con la a Lonely Planet en la mano y toda la buena intención de sumergirse en una experiencia 360 grados (que dicen los horteras) de exotismo y autenticidad arrabalera.


El Pollo Rico era multicultural, grasiento y lírico, podía gustarte o podías salir espantado, pero conservaba un aura de bohemia verdadera, no como la envasada e insípida bohemia de Gracia y Poblenou, a la que acuden artistas de carnaval porque son barrios que están de moda. Los barrios bohemios nunca están de moda, son oscuros y huelen a alcantarilla, portal y col. Los barrios bohemios sólo se ponen de moda cuando triunfa algún artista que vivía allí porque no le quedaba otro remedio. Y cuando se ponen de moda dejan de ser bohemios, suben los precios de los alquileres y se llenan de farsantes.

Ahora no sé dónde me voy a ir a comer, porque en Barcelona se come mal, muy mal, y la cosa va a peor. En Barcelona hay buenos restaurantes italianos, argentinos, libaneses, griegos, sirios e incluso chinos auténticos, y también hay muchos restaurantes con estrellas Michelin, pero no hay restaurantes barceloneses. La tapa no existe, aunque sea el lugar del mundo donde más se vende, pero eso no es una tapa, es un plato grande y caro, y muchas veces sabe mal.

Por causa del trabajo siempre como fuera, y por eso sé de algún bar de obreros donde la cosa es pasable, pero quedan en polígonos industriales, y a mí otra cosa que me gustaba de el Pollo Rico era que quedaba en el centro, y luego me podía dar un paseo por el Portal del Ángel. Las Ramblas las evitaba y las evito siempre que puedo, podría ser el paseo más bonito del mundo, pero es una horterada. No sé cómo eran las ramblas cuando les escribió sus versos Lorca, pero hoy son como el circo de Buffalo Bill, que tenía a Buffalo Bill y tenía a indios de verdad, pero no era más que el triste remedo del lejano oeste. Pues las ramblas también son eso, una atracción turística que se parodia a sí misma donde sólo se sientan los guiris a beberse absurdos balones de cerveza a ocho euros y a creerse que están viendo algo de Barcelona.

Los camareros del Pollo Rico eran agradables y eternos, llevaban la camisa grasienta y no te daban cháchara porque no tenían tiempo. En la planta de arriba había como una docena de cuadros horribles, unos cuadros infantiles, con la perspectiva esquiva, el color plano y la mirada mística. Eran unos cuadros que siempre pensé que, dispuestos en el orden adecuado, abrían una puerta a alguna otra dimensión.

El Pollo Rico formó parte de mi paisaje amistoso y sentimental, y allí pasé, o se me pasaron, resacas útiles y estrepitosas que servían para olvidar todo lo que había ocurrido la noche anterior. Pero lo importante del Pollo Rico era la comida. Dicen que, como su nombre indica, su especialidad era el pollo, pero esto no es verdad, su especialidad era cualquier plato de cuchara, el consomé, el espeso y sabroso potaje de verduras, la escudella o la sopa de pescado, masticable y resucitadora. El pan no era bueno, pero el pan no es bueno es ningún lado. A lo largo y ancho de toda Cataluña, y llevo quince años recorriéndola de pueblo en pueblo, nunca encontré un solo restaurante en el que el pan fuese bueno, por eso le echan tomate, porque está seco e insípido. También tuve mi época de comer trucha, pero me la trajeron mala dos veces y las dos veces se la devolví al camarero y ya no me atrevía más, pero tenían hígado, milanesas, merluza, arroz a la cubana, una lasaña casera fantástica cuando te la servían caliente y unas patatas aceitosas y blandurrias que iban amontonando en bandejas, unas sobre otras, a medida que salían de la freidora y que estaban bastante buenas.

El Pollo Rico cierra sus puertas este martes, y abrirán una franquicia más. Barcelona pierde otra trasgo de autenticidad, como una operación cosmética que borra una arruga de expresión para sustituirla por un pedazo de piel plasticosa, brillante y falsa.

Quique Castro.

jueves, 24 de agosto de 2017

Bienvenido a la yihad, Manolo

Bienvenido a la Yihad, Manolo, Ana, Carlos, Óscar... como te llames. Supongo que esto es lo que deben de estar pensando los terroristas de Daesh cuando ven vuestras publicaciones en las redes sociales. ¿Y a qué publicaciones me estoy refiriendo?

El otro día vi una con un dibujo en la que se mostraba a una sonriente familia española cuyo texto rezaba “Los españoles primero”. También hacéis circular noticias como “Escandalosas ayudas a los inmigrantes”, y hacéis circular textos en los que se pide que se cierren las fronteras, se nieguen las ayudas sociales para inmigrantes o se corten las subvenciones para la construcción de mezquitas.
Desde Daesh, esos asesinos de mentes enfermas de odio os dan sinceramente las gracias.

Pero vamos a ir poco a poco, este es un artículo en el que se pretende analizar someramente lo que está pasando, así que os llevará algún minuto más que el que soléis emplear en leer un titular de dos líneas diseñado para escandalizaros y que actuéis como ellos quieren

En primer lugar no te preocupes, no nos están invadiendo, no hace falta que empieces a probarte el burka delante del espejo para ver cómo te queda. La población de inmigrantes ha bajado en 1,2 millones desde 2011 a 2017. Hay 46,5 millones de personas en España, de los cuales 2,5 millones son extracomunitarios.

En segundo lugar, no les dan todas las ayudas. Las ayudas no se dan por raza o religión, se dan si cumples una serie de requisitos particulares que son los mismos para cualquiera. Otra cosa es que quieras que esas ayudas se restrinjan. ¿Cómo podrían ser restringidas? Pues o bien variando esos requisitos sociales, con lo cual te afectaría también a ti, o bien añadiendo otros criterios, como nacionalidad, raza o religión. Es decir, si Mohamed lleva veinte años trabajando y cotizando en España, tiene tres hijos escolarizados y se queda en el paro, tú decides que Mohamed no tenga derechos a ayudas familiares, subsidio por desempleo o ayudas de alquiler porque es Marroquí o Sirio, o práctica una religión que no es la tuya y, además, “los españoles van primero”. ¿Esa es tu opción? Permíteme decirte dos cosas, la primera que en ese caso el que sobra en España eres tú, por fascista, y por racista, no lo digo yo, lo dice la Constitución de nuestro país, y la segunda cosa que te quiero decir es que, si le quitas a Mohamed su ayuda, lo que vas a conseguir es que su hijo crezca en un clima de desigualdad, opresión y pobreza, es decir, que gracias a tus bienintencionadas, patrias y racistas ideas, lo vas a mandar de cabeza a la yihad. Otro dato para tu tranquilidad, sólo el 8,6 % de las prestaciones por desempleo son otorgadas a personas inmigrantes. Si han cumplido con sus deberes fiscales y han cotizado a hacienda, es decir, si han ayudado a pagar nuestras pensiones, ¿no deben tener derecho también a la prestación social por desempleo?

Pero ya entiendo, Manolo, a ti lo que te preocupa es que te quiten las pensiones y que el día de mañana te quedes con una mano delante y otra detrás. En ese caso te agradará saber que sólo el 1% de los beneficiarios de las pensiones son emigrantes, de los cuales la mitad son comunitarios.  Es decir, que te preocupas de que el 0,5 de los beneficiarios de las pensiones sean de fuera de la comunidad europea.

A lo mejor, bienintencionado compatriota, debería preocuparte más que el gobierno del Partido Popular, desde que gobierna Rajoy, le haya pegado un hachazo del 82% a la hucha de las pensiones, con lo que para pagar las del 2018 vamos a tener que pedir prestado.

¡Qué fatalidad! ¿no? Pues no, no se trata de una fatalidad, se trata de una estrategia medida a la que tú, seguramente, has contribuido con tu voto. Todo este dinero ha servido para pagar la deuda de los bancos, o las autopistas, es decir, para los negocios de riesgo 0 de sus amigos, y, aprovechando que no hay dinero, se desmantelará poco a poco la sanidad, la educación y las ayudas sociales que tanto te preocupan porque, ay de ti, inocentito, te crees que se acaban porque las cobra Youssef. Y cuando quieras un médico, tendrás que recurrir a un seguro privado, y cuando quieras escolarizar a tus hijos, tendrás que pagar por sus colegios.

Pero tú sigues compartiendo tus noticias y tus fotos en las que reclamas que las ayudas sean primero para los españoles, y ¿sabes quienes lanzan esas fotos y esas noticias? Pues medios afines a la ultraderecha, grupos abiertamente franquistas o nazis, en Grecia tienen a Amanecer Dorado, qué básicamente pide lo mismo, “primero los griegos”, y aquí tenemos a “Hogar Social” o “Unidad Nacional Española”.

¿Y a ti qué te importa que sean de ultraderecha, si básicamente piden lo mismo que quieres tú? Pues bien, la derecha conservadora defiende el capitalismo como sistema social, ya sabes, menos impuestos, menos ayudas sociales, sanidad y educación privadas… (aunque a ellos les encanta decir cosas como que Hitler era comunista y Franco el primer social demócrata) Y, ¿qué relación tiene esto con el terrorismo? Para contestarte a esta pregunta primero tendrás que saber que Los Hermanos Musulmanes fueron parte de una estrategia británico estadounidense de la que también formaron parte países como Francia con el fin de frenar el avance de la Unión Soviética a principios de los años 80, que Al Qaeda fue fundada y entrenada por la CIA, que Daesh ocupa actualmente gran parte del Irak devastado para expoliar su petróleo (ya sabes, lo de las armas de destrucción masiva), y tendrás que saber también que, para derrocar a Al Asad en Siria, los rebeldes fueron financiados por países como los Estados Unidos o Arabia Saudita. Y, ¿sabes quiénes eran esos rebeldes? ¡Bingo! Los terroristas que el otro día nos pusieron una bomba en Barcelona.

Tendrías que saber también que el gobierno español vende armas a Arabia Saudita, que es uno de los países que financian a Daesh. Pero eso seguramente a ti te de igual, porque lo que te gustan son las fotos y un par de líneas bien fáciles de entender, y en la del otro día quedaban muy bien el Rey y Rajoy, que son los que han llevado a cabo la venta de esas armas.

Pero, ¿sabes qué te digo?, que mejor hacerse preguntas de hondo calado como… ¿por qué está sonriendo Ada Colau? Pues a lo mejor alguien le está regalando unas palabras cariñosas, o trata de infundir ánimo al que tiene al lado… Bah, creo que, si hacemos la captura de pantalla adecuada, nos enfadaremos mucho, mucho, mucho, con la señora que se ríe, y los que venden las armas saldrán muy dignos y muy serios.

Así que, Manolo, Ana, Óscar, Carlos, seguid compartiendo fotos y noticias en los que pedís que los españoles vayan primero. Hay unos tipos de larga barba, ojo, no son hípster, y les encantan los Kalashnikov, también tienen Facebook, y, seguramente, se están descojonando de vosotros en este momento.

Quique Castro.