miércoles, 14 de octubre de 2015

"Silencio jondo", entrevista a Pere García, de FAGIC.

Pere García es vicepresidente 1º de Política y Comunicación de la FAGIC (Federeción de Asociaciones Gitanas de Cataluña) cuya sede se encuentra en el distrito de La Pau – Verneda, próximo a la Mina, barrio que aún hoy arrastra el estigma de haber sido uno de los enclaves más conflictivos de Barcelona desde principios de los años setenta hasta la primera década del 2000.

La última asamblea de la FAGIC se celebró el 21 de septiembre de 2015 en Barcelona, y a ella concurrieron las 93 asociaciones federadas a lo largo de todo el territorio catalán para presentar los nuevos proyectos para el año siguiente. Los primeros intentos de reunir a las asociaciones gitanas de Cataluña se remontan a 1987 y, aunque no dispone de datos exactos, Pere García calcula que Fagic llega a unos 85.000 “usuarios” a través de diferentes proyectos de integración, trabajo e igualdad.

Sobre el conflicto independentista el colectivo gitano mantiene una postura neutral. La motivación de FAGIC es defender sus derechos y libertades y reivindicar una cultura propia alejada de la visión fácil y popular de la marginalidad, sea cual sea la realidad política que les toque vivir. Es por ello que no hay una postura oficial y no van a posicionarse de un lado o de otro, ni existe un sentimiento colectivo común.

La idiosincrasia del pueblo gitano es desconocida para la mayor parte de la población, lo que no impide que sean utilizados como reclamo mediático apelando a los tópicos más sensacionalistas, como ocurrió en 2013 con el programa “Palabra de gitano”, emitido por el canal Cuatro y que provocó las quejas de más de 20 organizaciones gitanas. “La marginalidad es delincuencia, exclusión e ignorancia”, dice Pere García, “pero la cultura gitana es rica y heterogénea”. Los gitanos no tienen poder político, social ni económico, no existen multinacionales dirigidas por gitanos, falta organización e implicación social y el voto gitano no es visible ni relevante, por eso la imagen del gitano se construye desde fuera utilizando los estereotipos existentes o usando la parte más morbosa de su realidad.

No importa cuál sea el resultado de las elecciones del 27-S, el pueblo gitano, en palabras de su portavoz, debe hacer autocrítica y entender los mecanismos de funcionamiento de un estado avanzado y democrático. “Es difícil saber que pasará tras la votación, pero resulta sospechosa e inquietante la inmensa maquinaria propagandística que se ha puesto en marcha para lograr la independencia. Apenas seremos unos 150.000 gitanos en Cataluña, y con derecho a voto muchos menos, pero si miras en Youtube, te encuentras una imagen mía proclamando el independentismo desde la FAGIC, cuando yo simplemente decía que debemos ser dueños de nuestro futuro, refiriéndome a los gitanos, no a los catalanes”.

Que no haya una opinión oficial no impide que Pere García se muestre preocupado al respecto de la independencia. Insiste en que aún no se han agotado todas las vías legales y democráticas y pone el acento en la falta de apoyo de todas las instancias internacionales. “Están engañando a la ciudadanía”, declara taxativo, pero tampoco se olvida de la otra parte, encargada de “sembrar cizaña” y dificultar cualquier acuerdo. “Hay una gran parte de la población que apoya el independentismo, y debe ser escuchada, pero fue CiU quien firmo el pacto que existe hoy en día con España, y saben perfectamente que hay que cambiar la Constitución para avanzar en una opción democrática que es el independentismo, sea beneficiosa o no”, y concluye, “como institución no debemos apoyar ninguna opción, pero cada uno es libre de pensar lo que quiera”.

Quique Castro.

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