lunes, 8 de abril de 2013

Truños, caimocho y chunta chunta


Truños, calimocho y chunta chunta. Éste es el eslogan que debería sustituir, al menos en Poblenou, al mítico “sexo, drogas y rock’n’roll” de los sesenta. Mientras que en el barrio de Gracia la Policía se aposta en cada esquina para vigilar que la bohemia de pega despeje las calles apenas dan las tres de la madrugada, a esas mismas horas, en Pedro IV, una muchedumbre campa a sus anchas bebiendo y berreando, y así seguirán hasta más allá de las cinco de la mañana.
Aparte de por los cánticos nocturnos y el chunta-chunta de los coches en los que se hace botellón, Pedro IV también debería ser famosa por ser la calle con más cagadas de canes por metro cuadrado. ¿No hay un apartado específico para tal gesta en el libro Guinness de los records? Sea como fuere, allí llevan los animales de dos patas a sus animales de cuatro para que depongan unos magníficos pastelotes. Caminar por Pedro IV es como hacerlo por un circuito de obstáculos. Si pasas por aquí serás bienvenido, pero no te despistes, mira al suelo y cuidado con las heces. Y si eres ciego…, lleva botas de agua.
Creo que se debería prestar la misma atención a todos los barrios, independientemente de que unos estén de moda y otros de pena, y de los políticos que vivan en ellos.


Quique Castro.

2 comentarios:

  1. Una réplica de Laura Morera (Dpto. Comunicación del Ayuntamiento de Barcelona) a este artículo el viernes en El Periódico de Catalunya decía lo siguiente: "Con el objetivo de mantener unos índices razonables de convivencia, controlar las conductas incívicas, garantizar que la actividad de los locales se ajuste a la normativa y prevenir posibles hechos delictivos, cada semana se establece un dispositivo conjunto entre la Guardia Urbana y los Mossos." Cómo se puede ser tan impresentable y mentirosa? Si por dispositivo llaman a un par de Mossos que se pasean por allí diez minutos cada noche cuando la cosa ya se ha puesto fea, entonces sí, despliegan un dispositivo de la ostia. Pero cuando estos “agentes del orden” se llenan sus botas de mierda de perro y vomitona y notan el hedor a meados es cuando recuerdan que tienen que volver a Gràcia. Eso es lo que han hecho también este fin de semana.

    Mónika.

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  2. Todavía me acuerdo del cagarro que pisé una noche cuando salía de Razzmatazz y tenía el coche aparcado en esa calle. Iba con zapatos de tacón y la trinché.

    Carmen.

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