viernes, 17 de octubre de 2014

Periodismo e Internet, otro artículo apocalíptico.


Cuando se habla sobre el futuro de la industria periodística donde más proliferan las opiniones apocalípticas es en la prensa escrita, y a mi modo de ver con razón. Se dice que Internet es un modo económico de mantenerse informado, pero ¿cómo compaginamos la gratuidad de este medio con la creación de un producto tan caro como son las noticias?

Podemos decir que esto al menos no afecta a la Tv o a la radio, pero lo hará, porque cada vez estamos menos pendientes de la tele o de la radio y vemos los programas que nos gustan en el ordenador o la tablet cuando y donde nos viene mejor, sin estar sujetos a la dictadura de la parrilla televisiva. Y el problema es que lo que se paga por anuncio en la tele no tiene nada que ver con lo que se paga en Internet. 

El otro día tuve al inmensa fortuna de poder hablar unos minutos con Antonio Baquero, periodista de El Periódico de Cataluña y ganador del Premio Internacional de Periodismo Rey de España, que además de confirmar que la publicidad en Internet no basta "no ya para ganar dinero, sino para mantener la estructura de un medio de comunicación grande", me aseguró que "el medio que da las grandes exclusivas, el que hace que tiemblen los gobiernos, es la prensa escrita". La Tv y la radio suelen ejercer de “repetidores” y vehículos de opinión, así que si nos quedamos sin prensa escrita, nos quedaremos sin noticias.

La gratuidad de Internet ha hecho que las redacciones hayan tenido que reducir sus plantillas y sus recursos para poder sobrevivir y competir con otros medios como “The Huffington post” o “The Drudge report”, que sólo son compiladores de noticias que aparecen en blogs u otros periódicos. Pero para sacar noticias hacen falta recursos con los que poder investigar y pagar a periodistas o corresponsales que lo hagan. Sin estos recursos la alternativa está en creerse la fuente oficial o cacarear la noticia que sale del teletipo de alguna de las agencias de noticias controladas quién sabe por qué capitales. Pero si estamos dispuestos a creer a pies juntillas lo que nos dicen, ¿cómo vamos a saber cuándo nos mienten? En realidad la fuente oficial miente siempre, pero ¿cómo vamos a saber cuál es la verdad? De acuerdo, la verdad es algo que nunca se conoce del todo, pero al menos cuando disponemos de varios puntos de vista podemos indagar, reflexionar y sacar nuestras propias conclusiones. Y un ciudadano capaz de sacar sus propias conclusiones es un elemento indispensable para el mantenimiento de una democracia sana.

Los media están inmersos ahora en la vorágine del hipertexto, las narrativas transmedia o el infotainment como solución para recuperar lectores, y eso está muy bien, pero de nada servirán unas infografías maravillosas o una recreación virtual con la que enganchar a los lectores si la información que se difunde no tiene nada que ver con la realidad, o si el periodista no cuenta con los medios para buscar esta realidad. 

En el libro “Queremos saber” (una serie de reflexiones de varios profesionales de la información), el periodista Javier Espinosa reproduce un texto de una entrevista al catedrático de periodismo Javier Díaz Nosty en la que dice: “Cambian las herramientas, los lenguajes, las técnicas narrativas, pero no las células madre del periodismo. Contar historias de lo que pasa, con rigor, calidad, sentido ético y atención al ciudadano. Por eso no creo en el ciberperiodista. Creo en el periodista inmerso en la cultura tecnológica de su tiempo".

Quique Castro.

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