El
22@ resetea la memoria de Poblenou
El 22@ fue el otro gran
hito que contribuyó al cambio de paisaje humano y arquitectónico en Poblenou.
Este proyecto urbanístico, iniciado en el año 2.000, englobaba un área de 200
hectáreas y 115 manzanas, e influyó de modo decisivo en la progresiva
desindustrialización del distrito. La economía dejó de tener como eje la
producción de bienes de consumo y pasó a estar orientada a otros sectores
estratégicos que podrían dividirse en cuatro grandes bloques: el diseño, la
comunicación, el sector energético y el biotecnológico.
Al 22@ se llevaron en
primer lugar algunas empresas públicas como el Consell de l'Audiovisual de
Catalunya (CAC), la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), el
Banc de Sang, Aiguas de Barcelona o Indra, para, a continuación, atraer
empresas del ámbito privado, ya fueran de nueva creación o trasladadas desde otros
puntos de la ciudad. Un ejemplo de estas nuevas empresas sería el gigante
Schibsted, propietario de algunos de los portales de mayor éxito en Internet,
como Fotocasa, InfoJobs o Vibbo.
Los organismos oficiales defendían el 22@ como
un esfuerzo por relanzar el Poblenou, ya que dinamizar la actividad económica por
encima de la especulación inmobiliaria evitaría crear otro barrio residencial
como el de la Vila Olímpica. Sin embargo, las voces contrarias denunciaban la
hipocresía que suponía hablar de regeneración urbana en aras del interés
ciudadano cuando lo que realmente se pretendía era desplazar a la clase obrera
por otra de un nivel económico superior.
“En el año 2.000, cuando
se planteó el 22@, lo que pretendíamos era evitar la especulación, para ello
pedimos que se mantuviese la zona de actividades productivas y que todas las
viviendas que se construyeran fueran de protección oficial”, declara Jaume
Badenes, presidente de la Asociación de Vecinos de Poblenou, y concluye: “a pesar de ello, el precio de la vivienda en el
barrio siguió aumentando, y en seguida nos dimos cuenta que la solución pasaba
por cambiar el tipo de acceso a la vivienda y priorizar el alquiler sobre la
compra”.
Según Jaume Badenes, una
posible solución para controlar el progresivo aumento del precio de la vivienda
y los alquileres, pasaría por establecer un precio de referencia que sería
negociado entre la administración y las asociaciones de inquilinos y
propietarios, tal y como ocurre en otras ciudades de Europa como Berlín o
París. En Berlín, por norma general, el alquiler es de tipo indefinido, y su
incremento queda limitado al precio de referencia, mientras que en Francia, al
finalizar el contrato, el inquilino tiene derecho a negociar una renovación en
las mismas condiciones.
Quique Castro.
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