El
conflicto con los hoteles
Según un estudio
elaborado por el Ayuntamiento de Barcelona, el 22@ ha atraído hasta el año 2017
a unas 4.500 empresas, lo que a su vez ha supuesto la creación de unos 93.000
puestos de trabajo, en su mayoría dirigidos al perfil de un profesional joven y
cualificado, se han levantado 32 hoteles, que ofrecen unas 12.000 plazas, y
suman 700 los pisos legales que ofrecen habitaciones a turistas.
La consecuencia de este
éxito ha sido un encarecimiento paulatino del metro cuadrado, tanto para venta
como para alquiler, que está expulsando de la zona a sus vecinos tradicionales
y que contribuye a que negocios de toda la vida se hayan visto obligados a
echar el cierre y ser sustituidos por cadenas y franquicias que atentan contra
la autenticidad del barrio.
“La presión urbanística
ha puesto el precio del suelo a unas cotas que la gente de aquí no puede pagar,
y sólo se ha construido la mitad de las viviendas de protección oficial, unas
2.000 de las 4.500 que estaban previstas. La primera fase del 22@ fue bastante
rápida pero llegó la crisis y se detuvo la actividad”, declara el presidente de
la Asociación de Vecinos.
Lo cierto es que, con 30
millones de visitantes al año, la masificación turística no es un problema
exclusivo de Poblenou, sino que afecta a toda Barcelona y enfrenta a la opinión
pública.
“El último año ha sido tremendo, seguramente en gran
medida haya sido por el turismo: a medida que Ciutat Vella se colapsa, los
promotores ponen su ojos en Poblenou, que está bien comunicado y tiene acceso a
la playa”, asegura Jaume Badenes.
Por ello el gobierno de
Ada Colau ha tomado cartas en el asunto y ha dividido la ciudad en zonas que
regulan la actividad hotelera.
Zona 1. Si cierra un hotel
no se puede abrir otro. Hostafrancs, Gràcia, Vila Olímpica y el
Poblenou.
Zona 2. Si cierra un
hotel, podrá construirse otro con el mismo número de plazas. Sagrada Família, parte de El Putxet, de Vallcarca y Penitents, la Salut, el Camp d'en Grassot y Gràcia Nova, Baix Guinardó, Llacuna, Diagonal Mar y Front
Marítim, Nueva Esquerra
de l'Eixample, parte de Sant Antoni.
Zona 3. Se podrán generar
nuevas plazas. Nou Barris,
Horta-Guinardó, Sant Andreu y parte de Sants-Montjuïc y Sarrià-Sant Gervasi.
Zona 4: Ámbitos con
regulación específica. Entre estas zonas se encuentra el distrito 22@, que
comprende gran parte de Poblenou.
Para los hosteleros,
limitar las zonas de crecimiento no servirá para nada; los turistas continuarán
llegando y aumentarán los pisos ilegales, además, aseguran, se creará una
burbuja hotelera, ya que, como no se pueden abrir nuevos hoteles, los que
existen se vendarán por precios desorbitados, y, por último, bajará la calidad
del servicio en relación a los precios que tendrán las habitaciones. En
definitiva, el intento de Barcelona en Comú es un varapalo a un sector que
mueve en la ciudad 15.000 millones de euros al año y que representa el 14% de
su PIB.
Quique Castro
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